Fue una sucesión de hechos. Querían robar un colectivo. Ese era el objetivo inicial. No contaban con que el policía Gustavo Campissi viajaba en el ómnibus que decidieron abordar. A pesar de que lograron reducirlo, lo mataron igual. Luego cometieron un nuevo robo para conseguir dinero y así poder fugarse hacia Pinamar.

Esa fue la descripción que realizó durante su alegato la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo al pedir que Jorge Luis Rivero sea condenado a prisión perpetua por el homicidio del policía y por robo agravado.

En el colectivo

Basándose en las pruebas que se incorporaron durante el juicio, y en el reconocimiento que hizo Rivero ayer de que sí participó en el segundo robo, Prieto de Sólimo relató cómo cree que ocurrieron los distintos delitos.

El acusado llegó a Tucumán desde Pinamar, donde estaba viviendo, el 1 de septiembre de 2009. El miércoles 9 de septiembre esperó junto a su hermano menor, que en ese entonces tenía 15 años, la llegada de un colectivo. En la última parada de Las Talitas, frente a un hotel alojamiento, hicieron señas a un colectivo. "¿Va hacia La Aguadita?", le preguntaron al chofer. El conductor les indicó que el colectivo que venía detrás llegaba hasta ese destino. Así esperaron la llegada de la unidad que conducía Rubén Carabajal.

Los muchachos se sentaron en un asiento en la parte trasera durante unos segundos. Después se levantaron y fueron hacia adelante, le dijeron a Carabajal que era un asalto y que detuviera el ómnibus en La Aguadita. Campissi, que volvía a su casa en el Timbó Viejo, se levantó, sacó su arma, se identificó y les dio la voz de alto. El mayor lo atacó desde atrás, lo redujo y le quitó el arma. Campissi quedó tendido sobre la pierna de Carolina Abregú, una pasajera que viajaba en el primer asiento. Los muchachos golpearon al chofer con la culata de un arma calibre 22 que tenía el mayor (el menor tomó la 9 mm del policía) y tomaron la recaudación y otras pertenencias de los pasajeros.

"Desde uno de los escalones de entrada, Rivero le gritó al menor. 'Matalo, matalo'. Incluso una pasajera declaró en el juicio que le gritó 'fundilo'", explicó la fiscala. El menor hizo un disparo, pero le erró. Entonces el mayor se inclinó y, a un metro de distancia, disparó en la espalda a Campissi. Luego huyeron.

El segundo robo

Los muchachos escaparon por un camino vecinal, y frente a una finca arrojaron las pertenencias. "Estaba todo menos el dinero. los teléfonos celulares y el arma de Campissi. A ocho o nueve kilómetros de su casa. A las 3.30 del jueves realizan el otro asalto. Los horarios concuerdan", dijo Prieto de Sólimo.

En el barrio El Molino, en Villa 9 de Julio, ingresaron a la casa de unos vecinos de ellos. Encapuchados entraron por la ventana de la cocina comedor, y en una habitación sorprendieron a los hermanos Matías y Marcos García Machado. El primero de ellos se trenzó en una lucha y le sacó la capucha a uno de los ladrones. Era Jorge Rivero, su vecino. Matías recibió un disparo en su pierna con el arma de Campissi, según la fiscala. Los delincuentes escaparon con dinero en efectivo. "Está claro que usaron el arma del policía Campissi para el segundo robo", afirmó Prieto de Sólimo.